El juego para el niño es muy importante. A través de él experimenta, aprende, comprende la realidad que le rodea, libera tensiones, desarrolla su imaginación, su ingenio, ayuda a resolver conflictos y entender su entorno. Realmente es una herramienta indispensable para su desarrollo, tanto físico, cognitivo, psicológico y social. Un niño sano quiere jugar a todas horas, no se cansa nunca, es su manera de ir adaptándose a la sociedad y hacerse un hueco en ella. Muchos pediatras lo afirman, incluso es la base principal para saber si todo va bien, un niño que no juega es un niño al que le pasa algo.
Hoy en día la mayoría de los proyectos educativos pasan por el juego, dado que es el mecanismo de aprendizaje mas importante para el niño. Un modelo lúdico personalizado hará que el niño se interese por todos los temas, siendo el adulto el que le guía los pasos hacia lo que es necesario enseñarle. Toda información pasada por el tamiz del juego dará resultados asombrosos, puesto que el niño es mas receptivo a recibir de esta manera la información.
Es importante no presionar al niño a conseguir unos objetivos claros, poco a poco llegará a ellos, esa es la misión del juego. Además de esta manera aprende muchísimo mas, puesto que mientras juega no se siente evaluado, no tiene metas fijas a seguir, tiene libertad para experimentar y no se encuentra condicionado por los errores. El abanico de posibilidades que brinda el juego es infinito.
Lo mas importante es considerar el juego como algo indispensable en su vida, una acción que tienen que realizar a diario y en cualquier circunstancia. Todo padre hemos vivido alguna situación parecida, en la que nuestro hijo parece que todo se lo toma a broma, en la que quizá sintamos que no nos hace caso, y sencillamente solo está jugando, no retándonos, eso es importante de aceptar, de este modo es mas fácil comprenderles y manejar positivamente las situaciones.
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